martes, 3 de diciembre de 2013

MODOS DE FALLA DE COMPONENTES ESTRUCTURALES SOLDADOS

MODOS DE FALLA DE COMPONENTES ESTRUCTURALES SOLDADOS


El presente tópico introduce al inspector de soldadura a los distintos modos de falla durante el servicio que pueden afectar a un componente estructural soldado.

Dado que la presencia de discontinuidades/defectos en la unión soldada puede promover uno o más posibles modos de falla, el conocimiento de las características principales de estos modos de falla constituye parte importante del bagaje de conceptos teóricos que con que debe contar el inspector de soldadura.





La importancia o significación de una discontinuidad no puede ser correctamente establecida hasta que se determina qué modo o modos de falla pueden ser afectados por la presencia de dicha discontinuidad.


Los modos de falla más comunes de un componente estructural pueden ser clasificados de la siguiente manera:

·         Inestabilidad elástica (pandeo local o generalizado)
·         Excesiva deformación elástica (atascamiento)
·         Excesiva deformación plástica (fluencia generalizada)
·         Inestabilidad plástica (estricción, pandeo plástico)
·         Fatiga de alto ciclo y bajo ciclo
·         Corrosión, erosión, corrosión-fatiga, corrosión bajo tensiones, etc.
·         Creep y creep-fatiga
·         Fractura rápida (frágil, dúctil, mixta)

Los cuatro primeros modos de falla pueden ser atribuidos fundamentalmente a  falencias en el diseño el elemento estructural (excepto en el caso en que la falla se produzca como consecuencia de una carga superior a las máximas previstas en el diseño). Los cuatro modos mencionados en último término, si bien pueden ser causados por un diseño incorrecto, obedecen muchas veces a factores introducidos durante las etapas de fabricación del elemento. En particular los problemas de fatiga, corrosión y fractura rápida suelen estar estrechamente relacionados con las operaciones de soldadura que se hayan utilizado.

Debe tenerse en cuenta que:

·         Los componentes estructurales en general y los fabricados por soldadura en particular pueden experimentar fallas en servicio de distintos tipos.
·         A veces estas fallas en servicio adquieren características catastróficas.
·         La presencia de defectos en las uniones soldadas son muchas veces la razón de que se produzca una falla en servicio.
·         La naturaleza de la discontinuidad que corresponde al defecto, determina en general para condiciones de servicio dadas, el tipo de falla que puede favorecer.
·         A veces las fallas en servicio no obedecen a falencias de diseño sino a factores extrínsecos introducidos durante la fabricación del componente, particularmente a través de las operaciones de soldadura.

Excesiva deformación e inestabilidad elástica.

El modo de falla por excesiva deformación elástica se produce por ejemplo cada vez que una pieza que debe mantener sus dimensiones dentro de ciertos límites, sufre una deformación elástica que hace que aquellas excedan el valor admisible, conduciendo a problemas de interferencia tales como atascamiento. En el caso de uniones soldadas, la recuperación elástica que sigue a la liberación de una pieza inmovilizada durante la soldadura, puede conducir a cambios dimensionales o distorsiones inadmisibles. Estos problemas de distorsión en soldadura son muchas veces difíciles de resolver y serán analizados mas adelante.

La forma más común del modo de falla por inestabilidad elástica es la constituida por el fenómeno de pandeo que se ilustra en la Diapositiva 10. Este se produce cuando un elemento estructural esbelto tal como una columna es sometido a una carga de compresión suficientemente alta según su eje longitudinal. Puede demostrarse que existe una carga que depende del momento de inercia de la sección resistente, del módulo elástico del material, y de la forma de sujeción del elemento, por encima de la cual las deflexiones laterales crecen sin límite conduciendo a la destrucción del componente. El fenómeno de pandeo puede adoptar una forma global, es decir afectar a todo el componente como en el caso de una columna, o ser local afectando sólo una parte de la estructura como ocurriría en el caso de una fabricación con paneles en compresión donde sólo alguno de tales paneles sufre pandeo. La presencia de una soldadura puede afectar de manera significativa la resistencia al pandeo de un elemento estructural debido  a la introducción de tensiones residuales. Según como se ubique este campo de tensiones, el efecto de la presencia de la soldadura puede ser perjudicial o beneficioso. En efecto, según veremos mas adelante, una soldadura tiene asociada una tensión residual longitudinal del orden de la tensión de fluencia del material, de modo que si esta tensión tracción se localiza de modo de oponerse a las tensiones de compresión generadas por las cargas externas, la carga crítica de pandeo se verá incrementada. Por supuesto, lo contrario ocurre si son las tensiones residuales de compresión y no las de tracción las que se suman a las debidas a las cargas externas de compresión.

Excesiva deformación plástica


La excesiva deformación plástica constituye sin duda el modo de falla mejor comprendido en un componente estructural, y es la base del diseño clásico de componentes estructurales. En efecto, dicho diseño tiene como objetivo fundamental establecer las dimensiones de las secciones resistentes necesarias para asegurar un comportamiento elástico de las mismas. Esto significa en teoría que en ningún punto de una sección resistente se alcance una condición de fluencia.  Sin embargo, en las estructuras reales, y muy particularmente en las estructuras soldadas, la presencia de concentradores de tensión mas o menos severos es inevitable y por lo tanto también lo es la existencia de zonas plastificadas en el vértice de tales concentradores. De todos modos, en la medida que el tamaño de tales zonas plásticas sea pequeño en relación con las dimensiones características de la sección resistente, puede considerarse que la sección se comportará, al menos desde un punto de vista ingenieril, de manera elástica. En cambio, si por un incremento en las cargas las zonas plásticas se propagan hasta alcanzar una fracción significativa de la sección, nos encontramos ante una falla por excesiva deformación plástica. En el caso extremo, la sección completa puede llegar a plastificarse y en tal caso hablamos de una condición de fluencia generalizada.

Bajo ciertas condiciones que no son del caso analizar aquí, un material que ha alcanzado la condición plástica puede inestabilizarse y conducir rápidamente a un colapso plástico. Un ejemplo conocido de este fenómeno es la estricción que precede a la rotura en el ensayo de tracción de un material dúctil que se ilustra en la Diapositiva 11. La inestabilidad plástica puede ser responsable en otros casos de la propagación rápida de una fisura, dando así origen a un fenómeno de fractura dúctil rápida. Hoy se sabe que muchas fallas catastróficas que en el pasado fueron atribuidas a fracturas frágiles, tuvieron su origen como inestabilidades dúctiles. El incremento logrado en las últimas décadas en la resistencia y tenacidad de los materiales, hace que el fenómeno de falla por inestabilidad dúctil sea objeto de especial atención por parte de ingenieros e investigadores.

Fatiga


El fenómeno de fatiga es considerado responsable aproximadamente de mas del 90% de las fallas por rotura de uniones soldadas y precede muchas veces a la fractura rápida. Una discontinuidad que actúa como concentrador de tensiones puede iniciar bajo cargas cíclicas una fisura por fatiga que puede propagarse lentamente hasta alcanzar un tamaño crítico a partir del cual crece de manera rápida pudiendo conducir al colapso casi instantáneo de la estructura afectada. En presencia de cargas fluctuantes, en el vértice de discontinuidades geométricas mas o menos agudas se produce un fenómeno de deformación elasto-plástica cíclica a partir del cual se produce la iniciación de la fisura por fatiga. La condición superficial y la naturaleza del medio cumplen un rol importante sobre la resistencia a la fatiga, esto es sobre el número de ciclos necesarios para que aparezca la fisura. Desde un punto de vista ingenieril, cuando la fisura adquiere una longitud de aproximadamente 0.25 mm se acepta habitualmente que se ha completado la etapa de iniciación. A partir de ahí se considera que se está en la etapa de extensión o de crecimiento estable que eventualmente culmina en la rotura monótona de la sección remanente.

La influencia que las discontinuidades geométricas tienen sobre la resistencia a la fatiga de las uniones soldadas bajo régimen de cargas variables es un hecho ampliamente reconocido  La Diapositiva 12 muestra la superficie de fractura de un eje en el que se inició una fisura por fatiga a partir del concentrador de tensiones representado por el alojamiento de la chaveta. Una vez iniciada la fisura, la misma continuó creciendo progresivamente por fatiga bajo los sucesivos ciclos de carga hasta que la sección resultó incapaz de soportar la carga lo que condujo a la rotura final del eje. Las sucesivas posiciones de la fisura durante su crecimiento lento puede observarse en las marcas denominadas “líneas de playa” que son una característica macroscópica frecuente de las superficies de fractura por fatiga.

El talón de una soldadura, sea ésta a tope o a filete, es el asiento de las discontinuidades que en general son los factores limitantes de la vida a la fatiga de uniones soldadas solicitadas transversalmente al cordón de soldadura, como lo muestra la Diapositiva 14. En general, cualquier discontinuidad geométrica que actúe como concentrador de tensiones mas o menos severo, puede reducir notablemente la resistencia a la fatiga de una unión soldada. La Diapositiva 16 muestra una fisura por fatiga que se inició en la entalla introducida por la presencia de un respaldo permanente en la soldadura.

Fractura rápida


Se puede definir la fractura como la culminación del proceso de deformación plástica. En general se manifiesta como la separación o fragmentación de un cuerpo sólido en dos o más partes bajo la acción de un estado de cargas.

Algunos metales sometidos a un ensayo de tracción presentarán una estricción en la zona central de la probeta para romper finalmente con valores de reducción de área  que pueden llegar en algunos casos al 100%. Este tipo de fractura se denomina dúctil y es característica de materiales del sistema cubico de caras centradas (fcc) en estado de alta pureza. Por el contrario, muchos sólidos, particularmente metales cúbicos de cuerpo centrado (bcc) y cristales iónicos, presentan fracturas precedidas por cantidades muy pequeñas de deformación plástica, con una fisura propagándose rápidamente a lo largo de planos cristalográficos bien definidos, llamados planos de clivaje, que poseen baja energía superficial. Este tipo de fractura se denomina frágil.

Si bien la diferenciación anterior es de gran importancia conceptual y práctico, desde el punto de vista ingenieril es también importante caracterizar el proceso de fractura según la velocidad con que se desarrolla. Desde este punto de vista la fractura rápida se caracteriza por la propagación inestable de una fisura en una estructura; en otras palabras, una vez que la fisura comienza  crecer el sistema de cargas de por sí produce una propagación acelerada de aquella. Las velocidades de propagación pueden ser desde unos centenares a algunos miles de metros por segundo. Este tipo de fractura rápida puede o no estar precedida por una extensión lenta de la fisura. La extensión lenta de una  fisura, en cambio, es una propagación estable y que requiere para su mantenimiento, un incremento continuo de las cargas aplicadas.

La fractura rápida constituye el modo de falla más catastrófico y letal de todos los mencionados. La misma se produce en general bajo cargas normales de servicio, muchas veces inferiores a las de diseño. Por tal motivo, la fractura rápida no es precedida por deformaciones macroscópicas que permitan tomar medidas para evitarla o para reducir la gravedad de sus consecuencias. Una vez iniciada, pocas veces se detiene antes de producir la rotura completa de componente.

Las características que adopta en general la falla por fractura rápida, y que explican en parte el alto costo en vidas y bienes frecuentemente asociados con este tipo de evento, son las siguientes: en primer lugar, la falla se produce de manera totalmente sorpresiva y progresa a  muy alta velocidad, típicamente entre algunos centenares y algunos miles de metros por segundo. Como se ha mencionado, la falla suele ocurrir cuando el componente está sometido a tensiones compatibles con las de diseño, y muchas veces inferiores a la máxima prevista. Finalmente, el origen de la falla se debe muchas veces a factores ajenos al diseño que son introducidos durante fabricación, muy particularmente a través de las operaciones de soldadura, no siendo detectados como factores potenciales de riesgo por los responsables de la construcción e inspección del componente. Las Diapositivas 19, 20 y 22 ilustran elocuentemente las características dramáticamente espectaculares de este tipo de falla.

El fenómeno de fractura rápida se hizo particularmente dramático en las roturas de los barcos tipo “Liberty”, “Victory” y tankers “T-2” de la marina de los EE.UU. acaecidas durante los años 1939-1945, poniendo así de relieve la insuficiencia de los criterios clásicos de diseño usados para estructuras abulonadas o remachadas, cuando se pretendía extenderlos inalterados al cálculo de estructuras soldadas. Estos criterios, basados esencialmente en los valores de resistencia a la tracción y de reducción de área, condujeron posteriormente a fallas similares en recipientes de presión y otros elementos estructurales que fueron motivo de perjuicio técnico-económico de magnitudes tales como para colocar el estudio de la fractura entre los temas de investigación importantes de la actualidad.

 

Tipos de fractura rápida


Dada su importancia, conviene aquí detenernos para considerar con algún detalle los mecanismos de fractura rápida. No obstante que la fractura rápida es un fenómeno reconocido desde hace muchos años, existe considerable confusión respecto de la manera de diferenciar entre una fractura rápida dúctil de una fractura frágil. Esto obedece fundamentalmente a que en general se tiende a considerar el proceso global de deformación plástica que conduce al proceso de fractura. Ahora bien, un metal puede fallar por clivaje, que es un proceso de fractura frágil, luego de una deformación macroscópica importante; del mismo modo, es posible tener una tener una deformación plástica global despreciable en un metal que falla de manera dúctil. La confusión se reduce si en lugar de considerar el proceso global de deformación que precede a la fractura, se tiene en cuenta la deformación localizada en el material que rodea el vértice de la fisura durante la propagación de la misma. De este modo, una fractura frágil es aquella en la cual la fisura se propaga con muy poca deformación plástica en su vértice, mientras que una fractura dúctil es aquella que progresa como consecuencia de una intensa deformación plástica asociada al extremo de la fisura. Es obvio que en la práctica no es posible establecer un límite preciso entre ambos tipos de fractura, pero en general es posible diferenciar fácilmente entre uno y otro extremo.

Veremos luego que una entalla o fisura produce una amplificación de las tensiones y deformaciones en su vértice. De modo que los enlaces atómicos solicitados a esta tensión amplificada pueden romperse secuencialmente bajo el efecto de esa tensión y producirse así la propagación de la fisura como lo sugiere esquemáticamente la Diapositiva 25. El plano de fractura recibe el nombre de “plano de clivaje” y la fractura así producida se denomina entonces fractura frágil o fractura por clivaje. La característica distintiva de este mecanismo de fractura es la ausencia casi total de deformación plástica y por lo tanto la baja energía necesaria para que la fractura frágil se produzca. Dado que la mayoría de los metales o aleaciones de uso industrial son materiales policristalinos, es decir están constituidos por un conglomerado de cristales o de granos, la fractura en un tal material se propagará a lo largo del plano de clivaje de cada grano individual en una suerte de “zig-zag” como lo muestra la misma diapositiva pero donde la superficie de fractura tendrá una orientación general perpendicular a la dirección de las tensiones normales que actúan para hacer avanzar la fisura. La diapositiva muestra la imagen tomada en un microscopio electrónico de barrido de una superficie de fractura frágil donde se ven claramente las facetas de clivaje que la caracterizan.[LADV1] 

Si el material exhibe una alta resistencia a la fractura frágil, la propagación rápida de la fisura puede producirse por un mecanismo alternativo que involucra deformación plástica y por lo tanto un requerimiento de energía significativamente mayor. Para visualizar este mecanismo, consideremos la situación descripta en la Diapositiva 26 que muestra la distribución de inclusiones no metálicas en el material adyacente al vértice de la entalla o fisura. Bajo el efecto de la elevada tensión actuante localmente, se producirá la decohesión de la partícula con la matriz metálica que la contiene formándose un microhueco. El ligamento entre microhuecos puede entonces romperse de manera dúctil (es decir por deformación plástica) resultando en la extensión rápida de la fisura. Este mecanismo de fractura se denomina dúctil por el rol protagónico que la deformación plástica cumple en el mismo. La diapositiva muestra esquemáticamente la forma que adoptarán los microhuecos según la dirección de las tensiones que solicitan a la fisura. La misma diapositiva incluye una imagen obtenida mediante microscopía electrónica de barrido de una superficie de fractura dúctil donde pueden verse con claridad algunas de la inclusiones no metálicas que dieron origen al correspondiente microhueco.

Los mecanismos microscópicos de fractura que hemos descripto tienen un correlato en el aspecto macroscópico de la superficie de fractura. Una fractura frágil exhibe típicamente el aspecto que muestra la foto superior de la Diapositiva 27. En ella se observa la casi total ausencia de deformación plástica y el denominado patrón “Chevrón” donde la punta de la “V” señala la dirección opuesta a la de propagación. Este patrón es característico de las fracturas frágiles y resulta útil para establecer el sitio de origen de la fractura. Por otra parte, dado que en la fractura frágil las tensiones normales juegan un rol protagónico, la orientación de la superficie de fractura es esencialmente normal a las superficies de la chapa, ya que las máximas tensiones normales actuarán en general en planos normales a dicha superficie.

Cuando la fractura es dúctil, la superficie adopta un aspecto “fibroso” como se muestra en la fotografía inferior de la diapositiva. Esto pone de manifiesto la intensa deformación plástica asociada al vértice de la fisura durante su propagación. El patrón chevrón no se encuentra presente lo que puede dificultar la determinación del origen de la falla. Por otra parte, dado que en la fractura dúctil son las tensiones tangenciales o de corte las que juegan el papel más importante, la superficie de fractura tendrá generalmente una orientación cercana a los 45º con respecto a la superficie de la chapa por ser en este plano donde actúan las máximas tensiones de corte.






 [LADV1]spec

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