Resolver problemas de corrosión gracias a los polímeros reforzados con fibras
A principios de los años 50, una central de fabricación de cloro-álcali sufría graves problemas de corrosión en las cabezas y cabezales de sus células. Las células de cloro requerían sustitución en menos de un año. En respuesta a esta necesidad crítica, se desarrolló un nuevo tipo de resina de poliéster, basada en anhídrido cloréndico. Esta resina de poliéster clorada insaturada se denominó resina de poliéster cloréndica. Cuando este material se usaba junto con fibras de vidrio para preparar las cubiertas y cabezales de las células, la vida del equipo se alargaba de 5 a 8 años en comparación con los materiales de construcción originales que requerían sustitución en menos de un año. Éste fue el comienzo del uso de polímeros reforzados con fibras (FRP) en el control de la corrosión. Durante los siguientes 50 años se han desarrollado nuevos materiales para muchas aplicaciones diferentes.