MODOS DE FALLA DE COMPONENTES
ESTRUCTURALES SOLDADOS
El presente tópico introduce al
inspector de soldadura a los distintos modos de falla durante el servicio que
pueden afectar a un componente estructural soldado.
Dado que la presencia de
discontinuidades/defectos en la unión soldada puede promover uno o más posibles
modos de falla, el conocimiento de las características principales de estos
modos de falla constituye parte importante del bagaje de conceptos teóricos que
con que debe contar el inspector de soldadura.
La importancia o significación de una
discontinuidad no puede ser correctamente establecida hasta que se determina
qué modo o modos de falla pueden ser afectados por la presencia de dicha
discontinuidad.
Los modos de falla más comunes de un
componente estructural pueden ser clasificados de la siguiente manera:
·
Inestabilidad elástica (pandeo
local o generalizado)
·
Excesiva deformación elástica
(atascamiento)
·
Excesiva deformación plástica
(fluencia generalizada)
·
Inestabilidad plástica
(estricción, pandeo plástico)
·
Fatiga de alto ciclo y bajo ciclo
·
Corrosión, erosión,
corrosión-fatiga, corrosión bajo tensiones, etc.
·
Creep y creep-fatiga
·
Fractura rápida (frágil, dúctil,
mixta)
Los
cuatro primeros modos de falla pueden ser atribuidos fundamentalmente a falencias en el diseño el elemento
estructural (excepto en el caso en que la falla se produzca como consecuencia
de una carga superior a las máximas previstas en el diseño). Los cuatro modos
mencionados en último término, si bien pueden ser causados por un diseño
incorrecto, obedecen muchas veces a factores introducidos durante las etapas de
fabricación del elemento. En particular los problemas de fatiga, corrosión y
fractura rápida suelen estar estrechamente relacionados con las operaciones de
soldadura que se hayan utilizado.
Debe
tenerse en cuenta que:
·
Los componentes estructurales en
general y los fabricados por soldadura en particular pueden experimentar fallas
en servicio de distintos tipos.
·
A veces estas fallas en servicio
adquieren características catastróficas.
·
La presencia de defectos en las uniones
soldadas son muchas veces la razón de que se produzca una falla en servicio.
·
La naturaleza de la discontinuidad que
corresponde al defecto, determina en general para condiciones de servicio
dadas, el tipo de falla que puede favorecer.
·
A veces las fallas en servicio no
obedecen a falencias de diseño sino a factores extrínsecos introducidos durante
la fabricación del componente, particularmente a través de las operaciones de soldadura.
Excesiva deformación e inestabilidad
elástica.
El modo de
falla por excesiva deformación elástica se produce por ejemplo cada vez que una
pieza que debe mantener sus dimensiones dentro de ciertos límites, sufre una
deformación elástica que hace que aquellas excedan el valor admisible,
conduciendo a problemas de interferencia tales como atascamiento. En el caso de
uniones soldadas, la recuperación elástica que sigue a la liberación de una
pieza inmovilizada durante la soldadura, puede conducir a cambios dimensionales
o distorsiones inadmisibles. Estos problemas de distorsión en soldadura son
muchas veces difíciles de resolver y serán analizados mas adelante.
La forma más
común del modo de falla por inestabilidad elástica es la constituida por el
fenómeno de pandeo que se ilustra en la Diapositiva
10. Este se produce cuando un elemento estructural esbelto tal como una
columna es sometido a una carga de compresión suficientemente alta según su eje
longitudinal. Puede demostrarse que existe una carga que depende del momento de
inercia de la sección resistente, del módulo elástico del material, y de la
forma de sujeción del elemento, por encima de la cual las deflexiones laterales
crecen sin límite conduciendo a la destrucción del componente. El fenómeno de
pandeo puede adoptar una forma global, es decir afectar a todo el componente
como en el caso de una columna, o ser local afectando sólo una parte de la
estructura como ocurriría en el caso de una fabricación con paneles en
compresión donde sólo alguno de tales paneles sufre pandeo. La presencia de una
soldadura puede afectar de manera significativa la resistencia al pandeo de un
elemento estructural debido a la
introducción de tensiones residuales. Según como se ubique este campo de
tensiones, el efecto de la presencia de la soldadura puede ser perjudicial o
beneficioso. En efecto, según veremos mas adelante, una soldadura tiene
asociada una tensión residual longitudinal del orden de la tensión de fluencia
del material, de modo que si esta tensión tracción se localiza de modo de
oponerse a las tensiones de compresión generadas por las cargas externas, la
carga crítica de pandeo se verá incrementada. Por supuesto, lo contrario ocurre
si son las tensiones residuales de compresión y no las de tracción las que se
suman a las debidas a las cargas externas de compresión.
Excesiva deformación plástica
La excesiva
deformación plástica constituye sin duda el modo de falla mejor comprendido en
un componente estructural, y es la base del diseño clásico de componentes
estructurales. En efecto, dicho diseño tiene como objetivo fundamental
establecer las dimensiones de las secciones resistentes necesarias para
asegurar un comportamiento elástico de las mismas. Esto significa en teoría que
en ningún punto de una sección resistente se alcance una condición de
fluencia. Sin embargo, en las
estructuras reales, y muy particularmente en las estructuras soldadas, la
presencia de concentradores de tensión mas o menos severos es inevitable y por
lo tanto también lo es la existencia de zonas plastificadas en el vértice de
tales concentradores. De todos modos, en la medida que el tamaño de tales zonas
plásticas sea pequeño en relación con las dimensiones características de la
sección resistente, puede considerarse que la sección se comportará, al menos
desde un punto de vista ingenieril, de manera elástica. En cambio, si por un
incremento en las cargas las zonas plásticas se propagan hasta alcanzar una
fracción significativa de la sección, nos encontramos ante una falla por excesiva
deformación plástica. En el caso extremo, la sección completa puede llegar a
plastificarse y en tal caso hablamos de una condición de fluencia generalizada.
Bajo ciertas
condiciones que no son del caso analizar aquí, un material que ha alcanzado la
condición plástica puede inestabilizarse y conducir rápidamente a un colapso
plástico. Un ejemplo conocido de este fenómeno es la estricción que precede a
la rotura en el ensayo de tracción de un material dúctil que se ilustra en la Diapositiva 11. La inestabilidad
plástica puede ser responsable en otros casos de la propagación rápida de una
fisura, dando así origen a un fenómeno de fractura dúctil rápida. Hoy se sabe
que muchas fallas catastróficas que en el pasado fueron atribuidas a fracturas
frágiles, tuvieron su origen como inestabilidades dúctiles. El incremento
logrado en las últimas décadas en la resistencia y tenacidad de los materiales,
hace que el fenómeno de falla por inestabilidad dúctil sea objeto de especial
atención por parte de ingenieros e investigadores.
Fatiga
El fenómeno
de fatiga es considerado responsable aproximadamente de mas del 90% de las
fallas por rotura de uniones soldadas y precede muchas veces a la fractura
rápida. Una discontinuidad que actúa como concentrador de tensiones puede
iniciar bajo cargas cíclicas una fisura por fatiga que puede propagarse
lentamente hasta alcanzar un tamaño crítico a partir del cual crece de manera
rápida pudiendo conducir al colapso casi instantáneo de la estructura afectada.
En presencia de cargas fluctuantes, en el vértice de discontinuidades
geométricas mas o menos agudas se produce un fenómeno de deformación
elasto-plástica cíclica a partir del cual se produce la iniciación de la fisura
por fatiga. La condición superficial y la naturaleza del medio cumplen un rol
importante sobre la resistencia a la fatiga, esto es sobre el número de ciclos
necesarios para que aparezca la fisura. Desde un punto de vista ingenieril,
cuando la fisura adquiere una longitud de aproximadamente 0.25 mm se acepta habitualmente
que se ha completado la etapa de iniciación. A partir de ahí se considera que
se está en la etapa de extensión o de crecimiento estable que eventualmente
culmina en la rotura monótona de la sección remanente.
La influencia que las discontinuidades geométricas tienen
sobre la resistencia a la fatiga de las uniones soldadas bajo régimen de cargas
variables es un hecho ampliamente reconocido
La Diapositiva 12 muestra la
superficie de fractura de un eje en el que se inició una fisura por fatiga a partir
del concentrador de tensiones representado por el alojamiento de la chaveta.
Una vez iniciada la fisura, la misma continuó creciendo progresivamente por
fatiga bajo los sucesivos ciclos de carga hasta que la sección resultó incapaz
de soportar la carga lo que condujo a la rotura final del eje. Las sucesivas
posiciones de la fisura durante su crecimiento lento puede observarse en las
marcas denominadas “líneas de playa” que son una característica macroscópica
frecuente de las superficies de fractura por fatiga.
El talón de una soldadura, sea ésta a tope o a filete, es el
asiento de las discontinuidades que en general son los factores limitantes de
la vida a la fatiga de uniones soldadas solicitadas transversalmente al cordón
de soldadura, como lo muestra la Diapositiva
14. En general, cualquier discontinuidad geométrica que actúe como
concentrador de tensiones mas o menos severo, puede reducir notablemente la
resistencia a la fatiga de una unión soldada. La Diapositiva 16 muestra una fisura por fatiga que se inició en la
entalla introducida por la presencia de un respaldo permanente en la soldadura.
Fractura rápida
Se puede
definir la fractura como la culminación del proceso de deformación plástica. En
general se manifiesta como la separación o fragmentación de un cuerpo sólido en
dos o más partes bajo la acción de un estado de cargas.
Algunos
metales sometidos a un ensayo de tracción presentarán una estricción en la zona
central de la probeta para romper finalmente con valores de reducción de
área que pueden llegar en algunos casos
al 100%. Este tipo de fractura se denomina dúctil y es característica de
materiales del sistema cubico de caras centradas (fcc) en estado de alta
pureza. Por el contrario, muchos sólidos, particularmente metales cúbicos de
cuerpo centrado (bcc) y cristales iónicos, presentan fracturas precedidas por
cantidades muy pequeñas de deformación plástica, con una fisura propagándose
rápidamente a lo largo de planos cristalográficos bien definidos, llamados
planos de clivaje, que poseen baja energía superficial. Este tipo de fractura
se denomina frágil.
Si bien la
diferenciación anterior es de gran importancia conceptual y práctico, desde el
punto de vista ingenieril es también importante caracterizar el proceso de
fractura según la velocidad con que se desarrolla. Desde este punto de vista la
fractura rápida se caracteriza por la propagación inestable de una fisura en
una estructura; en otras palabras, una vez que la fisura comienza crecer el sistema de cargas de por sí produce
una propagación acelerada de aquella. Las velocidades de propagación pueden ser
desde unos centenares a algunos miles de metros por segundo. Este tipo de
fractura rápida puede o no estar precedida por una extensión lenta de la
fisura. La extensión lenta de una
fisura, en cambio, es una propagación estable y que requiere para su
mantenimiento, un incremento continuo de las cargas aplicadas.
La fractura
rápida constituye el modo de falla más catastrófico y letal de todos los
mencionados. La misma se produce en general bajo cargas normales de servicio,
muchas veces inferiores a las de diseño. Por tal motivo, la fractura rápida no
es precedida por deformaciones macroscópicas que permitan tomar medidas para
evitarla o para reducir la gravedad de sus consecuencias. Una vez iniciada,
pocas veces se detiene antes de producir la rotura completa de componente.
Las
características que adopta en general la falla por fractura rápida, y que
explican en parte el alto costo en vidas y bienes frecuentemente asociados con
este tipo de evento, son las siguientes: en primer lugar, la falla se produce
de manera totalmente sorpresiva y progresa a
muy alta velocidad, típicamente entre algunos centenares y algunos miles
de metros por segundo. Como se ha mencionado, la falla suele ocurrir cuando el
componente está sometido a tensiones compatibles con las de diseño, y muchas
veces inferiores a la máxima prevista. Finalmente, el origen de la falla se
debe muchas veces a factores ajenos al diseño que son introducidos durante
fabricación, muy particularmente a través de las operaciones de soldadura, no
siendo detectados como factores potenciales de riesgo por los responsables de
la construcción e inspección del componente. Las Diapositivas 19, 20 y 22 ilustran elocuentemente las
características dramáticamente espectaculares de este tipo de falla.
El fenómeno
de fractura rápida se hizo particularmente dramático en las roturas de los
barcos tipo “Liberty”, “Victory” y tankers “T-2” de la marina de los EE.UU.
acaecidas durante los años 1939-1945, poniendo así de relieve la insuficiencia
de los criterios clásicos de diseño usados para estructuras abulonadas o
remachadas, cuando se pretendía extenderlos inalterados al cálculo de
estructuras soldadas. Estos criterios, basados esencialmente en los valores de
resistencia a la tracción y de reducción de área, condujeron posteriormente a
fallas similares en recipientes de presión y otros elementos estructurales que
fueron motivo de perjuicio técnico-económico de magnitudes tales como para
colocar el estudio de la fractura entre los temas de investigación importantes
de la actualidad.
Tipos de fractura rápida
Dada su
importancia, conviene aquí detenernos para considerar con algún detalle los
mecanismos de fractura rápida. No obstante que la fractura rápida es un
fenómeno reconocido desde hace muchos años, existe considerable confusión
respecto de la manera de diferenciar entre una fractura rápida dúctil de una
fractura frágil. Esto obedece fundamentalmente a que en general se tiende a
considerar el proceso global de deformación plástica que conduce al proceso de
fractura. Ahora bien, un metal puede fallar por clivaje, que es un proceso de
fractura frágil, luego de una deformación macroscópica importante; del mismo
modo, es posible tener una tener una deformación plástica global despreciable
en un metal que falla de manera dúctil. La confusión se reduce si en lugar de
considerar el proceso global de deformación que precede a la fractura, se tiene
en cuenta la deformación localizada en el material que rodea el vértice de la
fisura durante la propagación de la misma. De este modo, una fractura frágil es
aquella en la cual la fisura se propaga con muy poca deformación plástica en su
vértice, mientras que una fractura dúctil es aquella que progresa como consecuencia
de una intensa deformación plástica asociada al extremo de la fisura. Es obvio
que en la práctica no es posible establecer un límite preciso entre ambos tipos
de fractura, pero en general es posible diferenciar fácilmente entre uno y otro
extremo.
Veremos luego
que una entalla o fisura produce una amplificación de las tensiones y
deformaciones en su vértice. De modo que los enlaces atómicos solicitados a
esta tensión amplificada pueden romperse secuencialmente bajo el efecto de esa
tensión y producirse así la propagación de la fisura como lo sugiere
esquemáticamente la Diapositiva 25.
El plano de fractura recibe el nombre de “plano de clivaje” y la fractura así
producida se denomina entonces fractura frágil o fractura por clivaje. La
característica distintiva de este mecanismo de fractura es la ausencia casi
total de deformación plástica y por lo tanto la baja energía necesaria para que
la fractura frágil se produzca. Dado que la mayoría de los metales o aleaciones
de uso industrial son materiales policristalinos, es decir están constituidos
por un conglomerado de cristales o de granos, la fractura en un tal material se
propagará a lo largo del plano de clivaje de cada grano individual en una
suerte de “zig-zag” como lo muestra la misma diapositiva pero donde la
superficie de fractura tendrá una orientación general perpendicular a la
dirección de las tensiones normales que actúan para hacer avanzar la fisura. La
diapositiva muestra la imagen tomada en un microscopio electrónico de barrido
de una superficie de fractura frágil donde se ven claramente las facetas de
clivaje que la caracterizan.[LADV1]
Si el
material exhibe una alta resistencia a la fractura frágil, la propagación
rápida de la fisura puede producirse por un mecanismo alternativo que involucra
deformación plástica y por lo tanto un requerimiento de energía
significativamente mayor. Para visualizar este mecanismo, consideremos la
situación descripta en la Diapositiva 26
que muestra la distribución de inclusiones no metálicas en el material adyacente
al vértice de la entalla o fisura. Bajo el efecto de la elevada tensión
actuante localmente, se producirá la decohesión de la partícula con la matriz
metálica que la contiene formándose un microhueco. El ligamento entre
microhuecos puede entonces romperse de manera dúctil (es decir por deformación
plástica) resultando en la extensión rápida de la fisura. Este mecanismo de
fractura se denomina dúctil por el rol protagónico que la deformación plástica
cumple en el mismo. La diapositiva muestra esquemáticamente la forma que
adoptarán los microhuecos según la dirección de las tensiones que solicitan a
la fisura. La misma diapositiva incluye una imagen obtenida mediante
microscopía electrónica de barrido de una superficie de fractura dúctil donde
pueden verse con claridad algunas de la inclusiones no metálicas que dieron
origen al correspondiente microhueco.
Los
mecanismos microscópicos de fractura que hemos descripto tienen un correlato en
el aspecto macroscópico de la superficie de fractura. Una fractura frágil
exhibe típicamente el aspecto que muestra la foto superior de la Diapositiva 27. En ella se observa la
casi total ausencia de deformación plástica y el denominado patrón “Chevrón”
donde la punta de la “V” señala la dirección opuesta a la de propagación. Este
patrón es característico de las fracturas frágiles y resulta útil para
establecer el sitio de origen de la fractura. Por otra parte, dado que en la
fractura frágil las tensiones normales juegan un rol protagónico, la
orientación de la superficie de fractura es esencialmente normal a las
superficies de la chapa, ya que las máximas tensiones normales actuarán en
general en planos normales a dicha superficie.
Cuando la
fractura es dúctil, la superficie adopta un aspecto “fibroso” como se muestra
en la fotografía inferior de la diapositiva. Esto pone de manifiesto la intensa
deformación plástica asociada al vértice de la fisura durante su propagación.
El patrón chevrón no se encuentra presente lo que puede dificultar la
determinación del origen de la falla. Por otra parte, dado que en la fractura
dúctil son las tensiones tangenciales o de corte las que juegan el papel más
importante, la superficie de fractura tendrá generalmente una orientación
cercana a los 45º con respecto a la superficie de la chapa por ser en este
plano donde actúan las máximas tensiones de corte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario