Las historia de las reservas petrolíferas marinas
Todos sabemos que la Tierra está cubierta en un 75 por ciento por el agua de los océanos, por lo que gran parte de las reservas de petróleo está en esa parte. Sin embargo, es todo un reto la perforación submarina, ya que de por sí la terrestre es complicada. ¿Cómo perforar a oscuras, cómo transportar el petróleo y evitar la contaminación del océano? Estos son algunas de las dificultades por las que tienen que pasar a la hora de obtener petróleo de las profundidades del mar.
La primera planta petrolífera de este estilo se construyó en 1897 en el extremo de un muelle de California. En los años siguientes se hicieron en muelles e islas artificiales, y recién en 1928 se dio a conocer la primera plataforma móvil para la perforación en humedales.
En 1947 se construyó la primera en el Golfo de México, y hoy en día es común encontrarlas incluso en lugares donde las inclemencias del tiempo son difíciles. Además, las plataformas petroleras son gigantescas, como ciudades flotantes que albergan a cientos de personas en ellas.
La extracción del petróleo en el mar
Para comenzar a construir la planta, los geólogos estudian las características de la superficie y hacen mapas mediante satélites, verifican muestras de rocas y utilizan un gravímetro para poder detectar un posible flujo de petróleo subterráneo. Si está cerca de la superficie, algunas rocas cambian el campo magnético de la Tierra, algo que se ve desde un barco con equipos especializados o mediante los movimientos sísmicos.
Una vez encontrados los depósitos, se utiliza un GPS, se pone una boya marcando la zona y se obtiene una concesión del gobierno para hacer una pequeña perforación comprobatoria. Para eso se envía una plataforma móvil que suele hacer cuatro pozos en un período de entre 60 y 90 días. La idea es que se obtenga una muestra del núcleo: si se obtiene un “espectáculo” –término puesto por los perforadores– es momento de finalizar, ya que eso significa que se ha encontrado petróleo. En ese punto, se realizan pruebas adicionales para asegurarse de que es necesario comenzar con nuevas medidas.
Ahora es el momento de comenzar a perforar un pozo de producción, que dura entre diez y veinte años hasta que ya no es rentable. Estas se fijan al fondo del océano con metal, hormigón y cables de atadura para que permanezca inmóvil mientras se taladra. En general se hacen un promedio de 80 pozos, aunque no todos son hacia abajo, sino en diferentes direcciones, lo que permite llegar a otros depósitos más alejados.
¿Cómo no contaminar?
Una de las mayores preocupaciones al extraer petróleo del mar es no contaminar. Para eso, los ingenieros conectan el sitio de perforación a la plataforma mediante una plantilla de perforación submarina: una gran caja de metal con agujeros. En general, se suele hacer una sarta de perforación, que desciende desde la plataforma a través de un tubo flexible llamado elevador marino. Se envía un flujo constante de lodo que lubrica la zona, sella la pared del pozo y controla la presión. Ya en la superficie, el barro se filtra. Esta es la primera línea de defensa para no contaminar.
También se instala un sistema de prevención de explosiones en el fondo marino, que desvían los fluidos hacia unos sistemas de contención diseñados específicamente. Además, se utiliza un dispositivo llamado programa de compresión que baja por el pozo asegurándose de que todo esté correctamente sellado.
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